En este mundo tan competitivo y demandante hay dos conductas muy frecuentes que llevan a las personas a ser presas de la ansiedad y el estrés: La auto exigencia y el perfeccionismo.
¿Cuántas veces a lo largo de este día te has criticado o reprochado por algo?
¿Cuándo fue la última vez que te sentiste insatisfecho por el logro obtenido pensando que pudiste haberlo hecho mejor?
Tanto la auto exigencia como el perfeccionismo son resultado de esa voz en tu interior que subraya tus defectos, equivocaciones y descuidos, es ese diálogo interno que constantemente te ordena que debes de ser el mejor, que debes ser perfecto y te exige que, a toda costa, te esfuerces con tal de conseguir lo que te crees te hará feliz, para que, de todas maneras, después comiences a sentir que no fue suficiente.
Este diálogo repetitivo va en detrimento de tu auto estima y entonces, desemboca en conductas nocivas de las cuales la auto exigencia y el perfeccionismo te orillan a sentir todo el tiempo que nunca es suficiente.
¿Imagina el cansancio de una persona que por más que se esfuerza nunca es suficiente? Así viven quienes consideran a la auto exigencia y al perfeccionismo incluso, como cualidades.
Lo que detona en una persona las conductas de auto exigencia y perfeccionismo son miedos profundos, resultantes de heridas emocionales que muy probablemente vivió desde sus primeros años de vida. Miedos como: no cubrir expectativas, no ser suficientes, ser juzgados, perder el control, etc.
Si desde pequeño a un niño se le exigía ser el mejor de su clase, más por ego de los padres que por respeto al propio niño, se queda grabada en la memoria de esta criatura ese nivel de exigencia y competitividad que lo acompañará a lo largo de su vida, hasta que se de cuenta que su felicidad y paz interior nunca las encontrará de esa manera.
Es muy sencillo identificar a una persona auto exigente y perfeccionista, estos son algunos rasgos característicos:
Muchas más obligaciones que satisfacciones. Están alejados del placer.
No reconocen los logros o los demeritan
Competitivos más allá de su propio bien estar.
Tienden a ser intolerantes, agresivos y autoritarios.
Siempre quieren tener la razón y aparentan que lo saben todo.
Conductas compulsivas incluso hasta la obsesión.
Una persona que vive bajo la auto exigencia y el perfeccionismo claramente NO es feliz, vive en ansiedad, cansancio, estrés e incluso depresión ya que está buscando alcanzar un estándar que sólo está en su imaginación y que, además, es simplemente inalcanzable.
Permitir que la auto exigencia y el perfeccionismo sean cosa del pasado en tu vida es uno de los más grandes regalos que te puedes dar, porque entonces lograrás recuperar la armonía, la paz interna y sobre todo, recuperarás la confianza en ti mismo y en el plan perfecto que ha sido trazado para tu máxima realización y plenitud.
Para dejar atrás la auto exigencia y el perfeccionismo te sugiero 3 cosas:
Auto obsérvate. Identifica aquellos momentos en los que te estás sobre exigiendo a ti o a los demás. Escucha y toma conciencia de todos esos mensajes destructivos y resignifícalos.
Crea tu proyecto de vida. Contar con un plan de vida integral te permitirá poder crear una vida en armonía, en donde cada instante esté verdaderamente alineado a tu felicidad y gozo.
Suelta el control, confía en que cuando te entregas en conciencia a cada instante de tu vida estas viviendo el instante perfecto, estás dando lo mejor de ti y eso ya es razón más que suficiente para sentirte bien contigo mismo.
Si bien el buscar constantemente la superación del ser es pieza clave en la evolución de conciencia, nunca a un precio tan alto como con conductas como la auto exigencia y el perfeccionismo. Mejor ten claridad hacia dónde quieres dirigir el timón de tu vida, sal de tu zona de confort y en amor y armonía dirígete hacia allá.
Recuerda que estás aquí para vivir en paz y ser feliz… eso lo es todo.
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